A un segundo separado de la inmensidad de tus palabras,
Custodia el silencio
el tañir de los sortilegios
Dictan que el ocaso debe morir.
Tus quimeras rondan
la habitación
Te muestro el interior de mi ser
Que se va desligando de este plano.
Monolito donde el tiempo se extingue
Piedra del sol, flujo trasparente
Que borra los arcos de luz.
Bajo la lluvia las alas rotas,
Tu sonrisa atraviesa los espacios
Vacíos entre tú y yo.
La naturaleza se marcha a dormir
Esta madrugada; y las lenguas
Se mezclan con el afán incansable
De levantar a los muertos.
Enciende esta llama entre la oscuridad
Y mi alma; murallas vestidas de roca
Que desnudan los huesos.
Me invitas a acompañar tu soledad
Una copa de vino y paganini
Llenando lo silencios, mientras
Mis manos versifican tus formas.
Mi lengua se bate en un duelo
A muerte con tus sensaciones
Y la corriente eléctrica aturde
Tus terminales nerviosas.
Tu boca se entre abre
Para lanzar mantras
Que envuelven nuestros cuerpos.
En una perfecta danza
Entre sensaciones que creías
Muertas, se despierta del letargo.
Me encanta mirarte perdida
En los pasajes más profundos
De tu ser, donde la
conciencia
Se desquicia.
Seré el oasis de tus áridos desiertos
Cuando el amor te mate, cuando tus días
Mueran, cuando tus silencios duelan,
Cuando tus fantasmas ronden tu ser.
Y en esta alquimia iniciaremos
El punto y aparte de lo que fue
A lo que será.