martes, 9 de abril de 2013

El Poeta


        II

sentado
con la mirada en la nada
una lágrima en el rostro
un sentimiento acurrucado

ilumina
su oscuridad, la musa anhelada
extiende su esencia
en el cuerpo del poeta

los bellos se erizan
el poeta siente
el sentimiento se arrastra en la piel
su alma se separa
ya es imposible detenerla

la musa lo acompaña
guía su mano, guía su corazón
sensaciones incontrolables se esparcen

espera paciente
la musa en la almohada
a que el poeta
            descienda
para arrullarlo en su pecho
y calme sus ansias



4 comentarios:

  1. Muy bueno, lo único que no siempre el poeta está en la oscuridad y necesita de la musa que lo alumbre, a veces no alumbra la musa, a veces no viene, a veces ni si quiera existe

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  2. bueno ciertamente solemos tener algunas musas que van y vienen y en otras sólo el recuerdo nos queda, y de ahí alimentamos estas palabras el tiempo necesario, mientras se vuelve a asomar.. Gracias por el comentario y pasertem por estas letras ! un fuerte abrazo Ruben!

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  3. Que nunca nos falte la musa, o el muso o la inspiración, so pena de caer en soledad terrible.

    Gracias por tu visita a mi blog.

    Saludos

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  4. En efecto Narci.. que no falten!!! gracias por tu comentario y por pasarte por este lado !!

    Saludos!

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